El Cabildo de Fuerteventura solicitará esta semana al Gobierno de Canarias
que se modifique el Decreto 161/2015, de 3 de julio, por el que se aprobó el
Plan de Recuperación de la lapa majorera con el objetivo de que se permita la
pesca tradicional de caña y el disfrute de zonas de costa de la Isla, tal y
como se acordó en junio del año pasado con parte del litoral de la Punta de
Jandía.
A propuesta de la Corporación insular, y después de varias reuniones
mantenidas entre el presidente del Cabildo, Marcial Morales, y la consejera de
Medio Ambiente, Natalia Évora, con pescadores de la Isla, Gobierno de Canarias,
Corporación insular y comunidad científica acordaron liberar las restricciones
de acceso más del 80% de la zona tradicional de pesca de caña en la costa de la
Punta de Jandía.
Desde el Cabildo de Fuerteventura no se discute el respaldo a la protección
de la lapa majorera pero sí se plantea que, al igual que se hizo en el litoral
de la Punta de Jandía, se pueden definir zonas de difícil acceso para que se
conviertan en 'viveros' de esta especie endémica y permitir la pesca de caña y el
acceso en el resto de áreas. En este sentido, desde la Corporación insular se
reitera que el pescador tradicional de caña suele convertirse en el mejor
vigilante de la costa.
La Comisión del Plan de Recuperación de la Lapa Majorera está integrada por
el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Fuerteventura, el Ministerio de Medio
Ambiente, la Demarcación de Costas de Canarias, la Dirección General de Pesca y
varios expertos.
La Corporación insular interpuso un recurso contra el Decreto 161/2015, de
3 de julio, para que se aborde la recuperación de la lapa majorera manteniendo
los usos tradicionales en la costa redefiniendo la zona de conversación.
El conjunto de medidas planteadas por los expertos de Medio Ambiente buscan
la recuperación de la población en Fuerteventura, y a largo plazo la
introducción en su antiguo ámbito de distribución (que incluye a Lanzarote y
los Islotes). La señalización y regulación de los accesos, la prohibición del
marisqueo en zonas críticas, mayor implicación en la vigilancia o la
prohibición de la comercialización de lapas en época de veda son algunas de las
condiciones necesarias para salvar la especie en Canarias.