Tenerife – 03/12/2015.
El Museo Arqueológico de Tenerife,
dependiente del Cabildo, junto a la Corporación insular de
Fuerteventura y la Universidad de La Laguna, han culminado la cuarta
campaña de excavaciones en el yacimiento romano de la isla de Lobos.
Los últimos trabajos, realizados durante el pasado mes de diciembre,
revelan, entre otras cosas, un modelo de asentamiento localizado en
varios puntos del islote.
En esta cuarta campaña
de excavación arqueológica se enmarca en el convenio de colaboración
suscrito entre los cabildos de ambas islas.
En este sentido, la
consejera de Museos tinerfeña, Amaya
Conde, señala que “todos los materiales recuperados hasta ahora se
encuentran temporalmente depositados en el Museo Arqueológico de
Tenerife, donde el equipo de investigación del proyecto está
estudiándolos y catalogándolos. Cuando se termine este proceso,
volverán a Fuerteventura , que es su legítimo propietario”.
La intervención
arqueológica tuvo lugar en cuatro sectores. Así, por un lado continuaron
los trabajos en el yacimiento denominado
Lobos 1, que en campañas anteriores ya había sido objeto de
excavación, donde se ubica un taller de producción de púrpura de época
romana, fechado entre el siglo I a.C. y el I d.C. En esta campaña se
terminó de definir una sexta estructura arquitectónica,
se localizaron concheros de Stramonita haemastoma junto a instrumental
lítico (machacadores, yunques…), herramientas propias de la actividad
extractiva de la púrpura y objetos metálicos, anzuelos de bronce y pesa
de red de plomo. Al mismo tiempo, se realizaron
sondeos en otros puntos de la Isla, próximos a la costa, entre la Playa
de la Calera y el Muelle.
En una zona próxima a la playa y al pie de un cono volcánico, denominada
Lobos 2, se practicaron dos catas asociadas a unas estructuras pétreas. Y otro de los sondeos,
Lobos 3, se realizó en un lugar ubicado entre dos conos
volcánicos y resguardado de los vientos, en donde se localizó una
estructura de combustión de considerable potencia junto con cerámica de
cocina (ollas, contenedores de alimentos) y vajilla de mesa
(jarras, fuentes, recipientes de paredes finas, sigillata), así como
restos de fauna terrestre y marina indicativos de una actividad
doméstica-alimenticia.
Y en la zona
Lobos 4 se descubrió una plataforma rectangular de piedra de gran
solidez junto con restos de ánforas y de una pequeña acumulación de
conchas. Este lugar sirve en la actualidad de abrigo y fondeadero, por
lo que pudo haber funcionado de manera similar
en el pasado.
Cabe destacar que los
materiales encontrados corresponden a manufacturas romanas. La cerámica a
torno comprende ánforas, vajilla de mesa y cocina y recipientes de
cerámica fina. El metal (bronce,
hierro y plomo-estaño), está representado por anzuelos, punzones,
agujas de coser redes, fíbulas, clavos y recipientes); y el instrumental
lítico agrupa yunques, machacadores y mortero. Los restos de
alimentación muestran un consumo de ovicaprinos, cerdos,
peces, moluscos y cereales”.
Amaya Conde señala que
“este descubrimiento permite situar al islote de Lobos como límite
meridional de los intereses económicos romanos en época del alto
Imperio. La púrpura fue considerada
uno de los productos más preciados, y su comercialización se convirtió
en una actividad muy lucrativa que minimizaba los costes de explotación
en zonas tan alejadas del Imperio como nuestro archipiélago”.