Más de un millar de personas presenciaron hoy en la Vega de Río Palmas (Betancuria) el homenaje brindado a seis majoreras, una por cada municipio de la Isla, cuya trayectoria ligada a la vida en el campo personifica el histórico papel desarrollado por las mujeres en el ámbito rural.
Con motivo del ' Día Internacional de las Mujeres Rurales', el Cabildo de Fuerteventura, el Instituto Canario de la Mujer, el Ayuntamiento de Betancuria y la Asociación para el desarrollo rural 'GDR Maxorata' han colaborado para organizar un reconocimiento que se produce en la isla majorera por primera vez en Canarias.
La plaza de la localidad, engalanada para la ocasión, fue el escenario en que Carmen Rodríguez Martínez, Catalina Méndez Montañéz, Pura Peña Cedrés, Fidela Ravelo Benítez, Victorina Saavedra Martín y María Salomé Sánchez Cabrera recibieron esta consideración como representantes de tantas mujeres de su generación.
En la mesa de las autoridades, intervinieron el presidente del Cabildo, Mario Cabrera, la directora general del Instituto Canario de la Mujer del Gobierno de Canarias, Isabel de Luis, el alcalde de Betancuria, Marcelino Cerdeña, el consejero de Asuntos Sociales del Cabildo, Víctor Alonso, y la presidenta de GDR Maxorata, Natalia Évora.
Tras el acto, el público disfrutó con la actuación cómica de Panchita y Servando, de En Clave de Ja, mientras que durante la programación de la mañana se celebraron una conferencia impartida por la doctora antropóloga majorera María Elena Gutiérrez Lima, que expuso las conclusiones de su tesis 'Mujeres y proceso de cambio en Fuerteventura', y una charla ofrecida por la doctora socióloga Rosalía Rodríguez Alemán bajo el título 'Desarrollo sostenible e igualitario de zonas rurales'.
Durante toda la jornada estuvieron abiertos los stand de actividades del sector del campo (artesanía tradicional de palma y barro, ganadería, agricultura ecológica, bisutería artesanal, elaboración de jabones naturales, repostería y panadería tradicional...) y funcionaron los servicios de ludoteca para los niños y guaguas para todos los asistentes.
El presidente del Cabildo, Mario Cabrera, destacó en su intervención el papel que han tenido históricamente las mujeres en Fuerteventura y en Canarias, "a través de una labor constante y encomiable de atención a la familia, de duro trabajo en las tareas del campo y el hogar –especialmente en esos momentos difíciles en que muchos de sus maridos tuvieron que emigrar- y de esfuerzo para contribuir a la economía familiar. Centenares de estas mujeres han jugado ese papel, tan importante como el de sus cónyuges, que nos ha permitido alcanzar la sociedad que tenemos hoy y mirar hacia el futuro contando el ejemplo que supone su legado generosidad y espíritu de sacrificio".
Isabel de Luis enumeró ese trabajo desarrollado por las mujeres canarias "como agricultoras, ganaderas, artesanas, pescadoras, empaquetadoras, cuidadoras de enfermos, encargadas del hogar… que debe ser nombrado y renombrado, que fue desarrollado en un espacio aislado y que por él merecen todo nuestro respeto y reconocimiento".
El consejero de Asuntos Sociales, Víctor Alonso, dedicó sus palabras a recordar que "a pesar los avances realizados en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, todavía queda mucho camino por recorrer. Desde la UNESCO se ha reivindicado el papel de las mujeres rurales y desde Fuerteventura lo hemos hecho nuestro por primera vez en Canarias. Esperamos poder contribuir con este día al reconocimiento y la comprensión que merecen todas estas mujeres".
Marcelino Cerdeña llamó a la reflexión de los asistentes para entender "ese esfuerzo desarrollado por las mujeres durante gran parte de sus vidas, invisible, no remunerado, en el campo, en la casa, en las labores artesanales, que significa una aportación que despierta nuestra admiración y agradecimiento".
Como presidenta de la Asociación para el desarrollo rural 'GDR Maxorata', Natalia Évora se comprometió a potenciar "la consolidación de los derechos de las mujeres como titulares igualitarias en las empresas familiares, porque es posible hacerlo a través de las subvenciones y es necesario reconocer esa igualdad de esfuerzo y trabajo para ayudar en la economía familiar".
Reseñas biográficas de las homenajeadas
Carmen Rodríguez Martínez. La Oliva
A Carmen Rodríguez Martínez "Tolita" (Lajares, 1936), se le reconoce una trayectoria vital ligada al mundo rural majorero. Desde muy temprana edad tuvo que trabajar duramente junto a sus hermanas para apoyar a sus padres realizando las tareas domésticas, lo que le impidió realizar estudios más allá de los primarios. Una vez formada su propia familia, enviudó poco después quedando a su cargo sus cinco hijos y otros familiares. Tras muchos problemas para subsistir, decide vender su ganado y con los beneficios construir unos apartamentos, cuyos beneficios posteriores le han permitido mantener en adelante a toda su familia.
Pura Peña Cedrés. Antigua
Pura Peña Cedrés (Tenerife, 1938), se traslada a la Isla con ocho años y se establece en el municipio de Antigua, compaginando durante toda su vida como madre y esposa las labores en el campo con el cuidado de sus seis hijos. Habitual del duro trabajo en las zafras de tomate, colaboraba también con su marido en las labores del ganado y la elaboración de queso. Tras establecerse en el Barranco de La Torre, ha dedicado los últimos 20 años de su vidaa elaborar un delicioso queso majorero que cuenta con el reconocimiento del sector y la gratificación de los compradores.
Catalina Méndez Montañéz. Puerto del Rosario
Catalina Méndez Montañéz (Casillas del Ángel, 1931), ejemplifica el perfil de mujer majorera en el ámbito rural. Aunque su figura está fuertemente ligada y ampliamente reconocida por su labor como artesana, especialmente de la palma y también del telar, Catalina Méndez ha llevado también una vida ligada al campo majorero. Como muchos y muchas de su generación fue emigrante a Tenerife y trabajadora habitual de los tomateros para poder sacar adelante a sus seis hijos, alcanzando el reconocimiento (Premio Insular de Artesanía) y el sosiego económico tras décadas de duro trabajo.
Fidela Ravelo Benítez. Betancuria
Fidela Ravelo Benítez, nacida en la Vega de Río Palmas hace 94 años, es el ejemplo de una generación de mujeres que, dado la época en que les tocó vivir, dedicaron toda su vida al campo, la agricultura y la ganadería. Al ser su marido asalariado en una fábrica de bloques, "doña Fidelita" realizaba las tareas del campo relacionadas con las cosechas y también las del hogar, donde se encontraba al cuidado de sus siete hijos. Su familia nunca tuvo lujos pero tampoco sufrió penurias, pues en su casa tenían una panadería. Todavía hoy no ha perdido la costumbre de acercarse a su gavia para retirar las malas hierbas.
Victorina Saavedra Martín. Tuineje
Victorina Saavedra Martín (Tuineje, 1940), procede de una familia de medianeros dedicada al cultivo del tomate y la alfalfa, y como la mayor de sus hermanos comenzó a los 10 años en los tomateros. A sus espaldas queda una vida dedicada a las tareas del campo y el hogar, teniendo que lidiar a lo largo de los años con situaciones como el cuidado de una hermana enferma, los desplazamientos de su marido al Sáhara, el fallecimiento de éste y las dificultades posteriores al cuidado de sus cuatro hijos, hasta alcanzar cierta estabilidad con la explotación de tomates y el negocio propio que comparte con su segundo marido.
María Salomé Sánchez Cabrera. Pájara
María Salomé Sánchez Cabrera (Ajuy, 1956), dividió su infancia entre Ajuy, Juan Gopar y La Solapa. Como tercera de ocho hermanos, abandona los estudios a los 12 años para encargarse de las tareas del hogar aunque posteriormente obtuvo el Graduado Escolar. Tras sus primeros trabajos en el empaquetado y las zafras de tomate, el turismo, y contraer matrimonio a los 16 años, se dedica a la vida pública tras las primeras elecciones democráticas siendo concejala dos legislaturas. A partir de 1989 abandona la política y monta una pequeña librería que, a día de hoy, cuenta con 16 trabajadores y distribuye a todos los municipios de Fuerteventura.