Fuerteventura.- No habían oído hablar apenas del coronavirus cuando la terapeuta Ico Ramos y su pareja decidieron hacer un viaje de tres meses por el mundo que se inició a finales de diciembre.
Recorrieron Nepal, SriLanka, Indonesia, Myanmar (la antigua Birmania) y Filipinas.
Allí fueron realmente conscientes de la incidencia del COVID-19. La capital, Manila, cerró el espacio aéreo y volver a casa se convirtió en una gran aventura. Ico recuerda cómo las indicaciones de la Embajada española variaban constantemente, se cancelaban vuelos y era prácticamente imposible trazar un plan de salida.
Una vez aceptada la situación y dispuestos a quedarse en Filipinas, la compañía aérea les anunció un vuelo que les permitió iniciar la vuelta a casa que duró unos tres días. Pasaron por Madrid donde constataron el impacto del virus en una ciudad vacía, sin vida, y llegaron por fin hasta el destino.
Aquí guardan cuarentena intensa ya que el régimen de confinamiento al que están sometidos no les permite salir ni siquiera a realizar la compra.
Un menester del que se encargan familiares y amigos, reconoce Ico. La llegada a casa es un “bálsamo” donde integrar la experiencia vivida. En breve, Ico retomará su quehacer gracias a la ayuda de las nuevas tecnologías y mientras tanto aconseja a la ciudadanía que se hable con cariño “que te digas que lo estás haciendo bien y elegir a tu favor”.
