Intersindical Canaria denuncia que la paralización de la renovación y mejora de la planta alojativa en
Fuerteventura, por parte de la Dirección General de Costas del Ministerio de
Transición Ecológica, pone en riesgo la continuidad de los 400 trabajadores que
actualmente forman parte de la plantilla del Hotel Riu Oliva Beach. Según ha
manifestado Jaime Bethencourt, portavoz
del Secretariado Nacional de Intersindical Canaria, “se trata de una situación que viene a poner de manifiesto el abandono
y la desidia con la que el Gobierno Central trata a nuestra Nación Canaria. Un
Gobierno incapaz de entender la dependencia económica que las familias tiene
del sector turístico”.
Según los datos que
maneja Intersindical Canaria, el expediente de reforma y mejora de esta
instalación lleva paralizado más de un año en los despachos de Madrid, a la
espera de una respuesta administrativa a partir de la cual poder llevar a cabo
dichas obras de mejora. “Olvidado en una
gaveta de Madrid. Este podría ser el resumen de un drama que no solo pone en
peligro los puestos de trabajo actuales, sino que además pone en riesgo la
opción de generar 50 nuevas contrataciones para las familias residentes en los
núcleos próximos a la instalación hotelera en cuestión”, añade Bethencourt.
Desde
el comité de empresa, en el que IC tiene la mayoría, exige al Gobierno de Pedro
Sánchez y a la vicepresidenta del Ejecutivo Central, Carmen Calvo, su mediación
inmediata para resolver este problema. En este sentido, el portavoz del Secretariado Nacional insiste en la
necesidad de abordar este problema de forma “urgente”
dada la importancia del sector turístico para la isla de Fuerteventura.
Antecedentes
En
2017, el grupo Riu Hotels presentó ante la Dirección General de Costas del
Ministerio de Transición Ecológica
Costas el expediente administrativo para la rehabilitación del hotel,
cumpliendo así con todos los requerimientos que exige la normativa. Ante estos hechos, este comité de
empresa no entiende las razones de dicho organismo para posponer los permisos y
las autorizaciones sin dar ninguna explicación oficial. Ante lo cual quiere manifestar
la falta de “sensibilidad” y la repercusión social y económica que este sector
tiene en Fuerteventura.
A
dicha circunstancia se añade el esfuerzo y la predisposición de la plantilla
para adaptarse a la planificación de la empresa, acumulando las vacaciones con
el fin de adaptarse al periodo de cierre por las obras previstas, pero finalmente paralizadas.