La Diócesis de Canarias recibe la Cruz de Lampedusa, siendo Fuerteventura el primer lugar de las islas en recibirla ,la cual recorre España tras haberlo hecho por Italia.
Se trata de una cruz hecha con maderas de barcazas que han naufragado en el Mediterráneo portando personas que pretendían alcanzar una mejor vida en el continente europeo.
Juan Carlos Medina (Arcipreste de Fuerteventura y Párroco de Puerto del Rosario), Daniel Díaz (Sacerdote Acompañante de Cáritas en Fuerteventura y Párroco de Corralejo), dieron a conocer esta iniciativa que pretende sensibilizar sobre la terrible realidad de migrantes y refugiados del mundo.
Por deseo expreso del Papa Francisco, la cruz está recorriendo el
mundo para recordar el drama de las migraciones y la muerte de tantos
refugiados. Ahora, llega a la isla de Fuerteventura procedente de Burgos, y
tras su estancia en la isla viajará a Lanzarote y a Gran Canaria.
La Cruz recorrerá distintos rincones de la isla de Fuerteventura y se
han organizado distintas actividades para dar a conocer la Cruz de Lampedusa y
la realidad de los refugiados en el mundo.
El viernes 1 de diciembre, la Cruz estará presente en la Vigilia Insular de Adviento, un espacio
de oración y reflexión preparado por los distintos grupos de Cáritas de la isla
de Fuerteventura. Será en la Parroquia de Antigua a las 20:00 horas y
finalizará con un brindis en el Centro de Mayores de Antigua.
El martes 5 de diciembre, la Cruz se trasladará al Auditorio de
Puerto del Rosario, dónde podrá ser visitada por los Institutos de Puerto del
Rosario, a partir de las 11:30 de la mañana. Será un acto de sensibilización sobre la realidad de
los refugiados y estará organizado por Manos Unidas. Posteriormente será
llevada por los alumnos al templo parroquial de Ntra. Sra. del Rosario y se leerá un comunicado.
Y a las 20:00 horas, se desplazará hasta la playa de Gran Tarajal,
donde se realizará un gesto simbólico en homenaje a los inmigrantes y
refugiados, especialmente a los que pierden su vida en el mar. Estará
organizado por la Frater.
La Cruz de Lampedusa estará en la isla de Fuerteventura desde el 1 de
Diciembre hasta el 5 de Diciembre. También visitará las distintas parroquias de
la isla.
Durante el acto de presentación de las actividades se leyó un comunicado que ofrece una explicación de la visita de la Cruz de Lampedusa, que a continuación reproducimos
Los acontecimientos ocurridos en los
últimos años, como las muertes evitables de Lampedusa en 2013, sumados a la
dramática situación que se vive dentro y fuera de las fronteras europeas, han
propiciado una reflexión y posicionamiento común dentro de la Iglesia.
Afirma el Papa Francisco que “los flujos
migratorios son una realidad estructural y la primera cuestión que se impone
es la superación de la fase de emergencia para dar espacio a programas que
consideren las causas de las migraciones”.
España sigue siendo uno de los Estados
más restrictivos a la hora de conceder el estatus de refugiado a las personas
que huyen de conflictos armados. Esto ha provocado que muchas personas
procedentes de Malí, República Centroafricana, Libia o Siria, entre otros
países de origen, se encuentren desde hace tiempo, como “migrantes en situación
irregular”, en nuestros barrios, calles o ciudades.
Encontramos inspiración en la
parábola del Buen Samaritano y en los
relatos de aquellos migrantes que hemos tenido la suerte de conocer gracias al
trabajo con ellos a lo largo de estos años.
Superar el miedo para ir al encuentro del otro, del
extraño, del diferente y reconocerlo como ser humano, es posible. Este
encuentro, nos cuestionará, nos hará cambiar los planes y tomar una
dirección distinta, como hizo el Buen Samaritano al ver al hombre apaleado
al borde del camino. Pero nos llevará también a descubrir riquezas humanas,
allí donde el miedo nos hacía ver sólo riesgos y peligros. Al fin y al cabo, la
apuesta por el encuentro con el hermano y la acogida es una apuesta por
la humanidad. Porque las fronteras externas e internas y las
barreras mentales frente a los migrantes no deshumanizan sólo al
«objeto» de nuestra mirada, sino también a la persona que mira. No
tenemos otra opción que derrumbar fronteras y poner de manifiesto nuestra común
humanidad.
La Iglesia en España ha dado también un paso al
frente y manifiesta públicamente y de forma unánime su disponibilidad
a ofrecer una respuesta amplia y generosa, tanto en estas circunstancias
especiales como –en coherencia con lo que siempre ha hecho– en la acogida y
acompañamiento de quienes quedan fuera del sistema, solicitantes de asilo y
refugiados sin protección que ya están aquí, o personas migrantes que llegan a
nuestras Cáritas parroquiales.
Seguimos
viendo con preocupación la pasividad e indiferencia de los líderes mundiales
para dar respuesta integral al sufrimiento evitable de miles de personas.
Por todo
ello, exigimos a las autoridades españolas:
1.
Que las personas que lleguen a nuestras fronteras, forzadas por los
conflictos a abandonar sus países, tengan una protección adecuada y respetuosa
con los Derechos Humanos, especialmente, las de mayor vulnerabilidad.
2.
Impulsar políticas internacionales que garanticen los derechos
humanos y protejan las vidas de las personas refugiadas y migrantes,
impidiendo que se vean abocadas a tomar rutas más peligrosas.
3.
Cumplir, como mínimo y cuanto antes, su compromiso inicial de acoger a
17.337 personas refugiadas.
4.
Mejorar el sistema de acogida para que sea flexible, sostenible, y permita la verdadera integración
de las personas; y facilitar nuevas vías legales y seguras.