Atenas y Esparta eran -en los tiempos de la Grecia Antigua- las más poderosas ciudades-estado griegas. Habían luchado como aliadas en las guerras Médicas contra los persas entre 499 y 449 a. C. Pero pronto se enfrentarían entre sí por la supremacía.
Ambos fueron dos poleis excepcionalmente potentes. En el caso de Esparta su mayor potencial residía en su poderoso ejército de infantería formado por soldados profesionales que recibían en nombre de hoplitas.
La sociedad espartana contaba con el trabajo esclavo de cerca de 200.000 ilotas (siervos) que trabajaban en las granjas de Mesenia y Laconia. Gracias a ello, el ejército espartano no estaba sujeto a las restricciones normales que la agricultura libre impone a los soldados-campesinos, y pudo contar con un ejército permanente durante todo el año.
En el caso de los atenienses su mayor fortaleza era la flota naval, aumentada tras la retirada persa en 479 a.C. durante las Guerras Médicas. La mayoría de sus ciudadanos no eran soldados de infantería y cada vez veía la marina como el baluarte de la democracia radical.
El mantenimiento de esta flota ateniense se lograba gracias al tributo de estados vasallos. A cambio de los cuales los atenienses se arrogaron para sí mismos la función de “policía” para proteger a sus aliados, siendo los líderes de la llamada Liga de Delos.
En contrapartida al creciente poder de Atenas al mando de la Liga de Delos, Esparta también forjó sus alianzas militares, formando la Liga del Peloponeso.
El estallido del conflicto se produjo en 431. a.C. El disparador fue la intervención de Atenas sobre la política comercial de la ciudad estado de Corinto (perteneciente a la Liga del Peloponeso) ya que ambas rivalizaban por el control del comercio de granos provenientes de Sicilia.
En los primeros años de la contienda, Esparta con su poderoso ejército de hoplitas invadió repetidas veces el Ática (región en la que se encuentra ubicada la polis de Atenas). Por su parte, Atenas aprovechaba su poderosa flota para para atacar las costas del Peloponeso. En el año 421 a. C., se firmó un tratado como la Paz de Nicias que reestablecía en buena parte la situación previa a la guerra.
Sin embargo, pronto comenzaron nuevos combates en el Peloponeso que reavivaron la guerra. En esta segunda fase de la Guerra del Peloponeso, los atenienses enviaron una inmensa expedición militar a la estratégica región de Sicilia (hoy Italia). Esta expedición duró desde 415 a.C. hasta el 413 a. C. y tuvo consecuencias terribles para Atenas, ya que perdió gran parte de su ejército y miles de soldados fueron esclavizados.
En la última fase de la Guerra del Peloponeso, Esparta se alió con el Imperio Persa. Los gobernadores persas incitaron rebeliones en numerosas poleis que estaban bajo el dominio de Atenas en el Mar Egeo y en Jonia. Esto pronto debilitó la Liga de Delos. El final llegó cuando los espartanos destruyeron la flota ateniense en la Batalla de Egospótamos. Un año después, en el 404 a.C., Atenas se rindió.
Lee más sobre la Antigua Grecia en estos artículos:
Fuente:
History.com
wikipedia
Imágenes:
wikipedia
Video:
Thrashgu en youtube
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Ambos fueron dos poleis excepcionalmente potentes. En el caso de Esparta su mayor potencial residía en su poderoso ejército de infantería formado por soldados profesionales que recibían en nombre de hoplitas.
La sociedad espartana contaba con el trabajo esclavo de cerca de 200.000 ilotas (siervos) que trabajaban en las granjas de Mesenia y Laconia. Gracias a ello, el ejército espartano no estaba sujeto a las restricciones normales que la agricultura libre impone a los soldados-campesinos, y pudo contar con un ejército permanente durante todo el año.
En el caso de los atenienses su mayor fortaleza era la flota naval, aumentada tras la retirada persa en 479 a.C. durante las Guerras Médicas. La mayoría de sus ciudadanos no eran soldados de infantería y cada vez veía la marina como el baluarte de la democracia radical.
El mantenimiento de esta flota ateniense se lograba gracias al tributo de estados vasallos. A cambio de los cuales los atenienses se arrogaron para sí mismos la función de “policía” para proteger a sus aliados, siendo los líderes de la llamada Liga de Delos.
En contrapartida al creciente poder de Atenas al mando de la Liga de Delos, Esparta también forjó sus alianzas militares, formando la Liga del Peloponeso.
El estallido del conflicto se produjo en 431. a.C. El disparador fue la intervención de Atenas sobre la política comercial de la ciudad estado de Corinto (perteneciente a la Liga del Peloponeso) ya que ambas rivalizaban por el control del comercio de granos provenientes de Sicilia.
En los primeros años de la contienda, Esparta con su poderoso ejército de hoplitas invadió repetidas veces el Ática (región en la que se encuentra ubicada la polis de Atenas). Por su parte, Atenas aprovechaba su poderosa flota para para atacar las costas del Peloponeso. En el año 421 a. C., se firmó un tratado como la Paz de Nicias que reestablecía en buena parte la situación previa a la guerra.
Sin embargo, pronto comenzaron nuevos combates en el Peloponeso que reavivaron la guerra. En esta segunda fase de la Guerra del Peloponeso, los atenienses enviaron una inmensa expedición militar a la estratégica región de Sicilia (hoy Italia). Esta expedición duró desde 415 a.C. hasta el 413 a. C. y tuvo consecuencias terribles para Atenas, ya que perdió gran parte de su ejército y miles de soldados fueron esclavizados.
En la última fase de la Guerra del Peloponeso, Esparta se alió con el Imperio Persa. Los gobernadores persas incitaron rebeliones en numerosas poleis que estaban bajo el dominio de Atenas en el Mar Egeo y en Jonia. Esto pronto debilitó la Liga de Delos. El final llegó cuando los espartanos destruyeron la flota ateniense en la Batalla de Egospótamos. Un año después, en el 404 a.C., Atenas se rindió.
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