• La subespecie Tyto alba gracilrostris, la lechuza majorera, propia de las islas orientales, se encuentra en estado Vulnerable y precisa de un plan de conservación en Canarias.
En las restantes
islas se sabe muy poco de sus efectivos, pero muchas mueren por colisión
y atropellos, o envenenadas en el campo.
• En
el conjunto de España, la lechuza sufre un declive del 13% en la última
década. Hay regiones en las que el descenso alcanza el 50%.
• La
situación de la lechuza evidencia algunos de los problemas sociales y
ambientales que atraviesa el medio rural, entre otras cuestiones.
Santa Cruz de Tenerife, 2 de enero de 2018
El 2018 es el año de la lechuza común.
Es el resultado de la votación popular propuesta por SEO/BirdLife para
elegir a la protagonista de la campaña Ave del Año, que en 2018 cumple
la treintena. Como ocurrió con el sisón común en 2017, el ave de este
nuevo año es fiel reflejo del mal momento que sufre la avifauna ligada a
las zonas agrarias y que, entre otras cuestiones, evidencia problemas
como la pérdida de hábitat, los efectos del actual modelo agrícola o el
despoblamiento rural. En el caso de la lechuza, el declive poblacional
se sitúa en torno al 13% en la última década, aunque en algunos puntos
del país el bajón llega al 50%.
La lechuza común cuenta con 46 subespecies en todo el mundo. En España, están presentes tres: Tyto alba, la más habitual en el planeta y que en Canarias se puede observar especialmente en las islas occidentales; la subespecie Tyto alba guttata, que llega en invierno desde Europa; y la subespecie Tyto alba gracilirostris, la lechuza majorera, propia de Fuerteventura, Lanzarote y sus islotes.
La
majorera es, de acuerdo con los datos disponibles, la lechuza que peor
lo está pasando en España. Catalogada a nivel nacional como Vulnerable e incluida en el Libro Rojo de las Aves de España con la categoría de En Peligro, requiere de medidas especiales de conservación.
“Su
declaración como Vulnerable, también en el catálogo canario de especies
amenazadas, obliga a que el Gobierno canario ponga en marcha un plan de
conservación de la especie. Hasta ahora no se ha activado y no hay
visos de que la Administración lo vaya a hacer en el futuro. Con la
designación de la lechuza como Ave del Año, SEO/BirdLife reforzará sus
trabajos de concienciación y conservación para proteger a la especie.
Tenemos que acabar 2018 con un compromiso claro por parte del Ejecutivo
canario para conservar un capital natural de todos los canarios: sus
lechuzas”, expone el delegado de SEO/BirdLife en Islas Canarias, Yarci
Acosta.
Las
amenazas a las que se enfrentan las lechuzas canarias no son muy
diferentes a las que sufren en el conjunto del país. De acuerdo con la
información disponible sobre esta sigilosa y esquiva rapaz nocturna, la
destrucción de hábitat -especialmente en la costa-, la modificación del
paisaje agrícola o el uso incontrolado de veneno en el campo se citan
entre las principales causas de su declive. En el caso de las islas, es
reseñable la mortalidad debida a atropellos en carretera, una cuestión
que suele pasar desapercibida.
“La
ciudadanía ha decidido que pongamos el foco en la lechuza común. En
silencio, como cuando vuela, esta especie nos avisa, desde hace años,
sobre la paulatina pérdida de vida en el campo. Se la ve menos, se la
oye menos. Ocurre lo mismo con los insectos. Con los roedores. Con los
paisajes y con el paisanaje”, señala la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.
Y añade: “La
mala situación de la avifauna agraria es un aviso para fortalecer
social y ambientalmente al medio rural. Una cuestión que nos atañe a
todos. Desde las administraciones y fuerzas políticas, que este año han
de establecer la hoja de ruta para que España se enfrente al cambio
climático y deberán definir el futuro modelo de la Política Agraria
Común (PAC), a los consumidores. Y es que también podemos ayudar a la
lechuza con las elecciones de nuestra cesta de la compra”.
Así está la lechuza en España
La
lechuza común es una de las aves nocturnas que se incluyen en el
programa de ciencia ciudadana de SEO/BirdLife. Gracias al trabajo de los
450 voluntarios que recogen datos cada año, ha sido posible determinar
su declive poblacional, cifrado en el 13% respecto a 2005.
El descenso de individuos es especialmente significativo en la parte
del país denominada “región mediterránea sur”, que abarca Andalucía,
Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y
parte de Aragón, Madrid, Cataluña y Extremadura.
En esta zona del país, la más extensa, las poblaciones de lechuza se han reducido a la mitad.
Cataluña y Castellón (la denominada región mediterránea norte) son los
puntos donde la especie ofrece mejores datos. En el norte del país
también se nota el declive que, en el último año, se mantiene en torno
al 15%.
La lechuza es un ave protegida a nivel nacional, incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial
lo cual le hace merecedora de una atención particular. Por ejemplo, se
prohíbe cualquier actuación hecha con el propósito de darles muerte,
capturarlas, perseguirlas o molestarlas, además de la destrucción o
deterioro de sus nidos.
¿Cuáles son sus amenazas?
Una de las principales causas de su declive es la radical transformación del medio agrario,
cada vez más alejado de los paisajes que mostraban un mosaico de
cultivos adaptados a la realidad hídrica de cada zona. En la actualidad,
el medio agrario está más centrado en grandes extensiones de
monocultivo, a menudo basadas en regadío. Este cambio de paradigma,
unido al empleo generalizado de plaguicidas y rodenticidas, contribuye a
la pérdida de biodiversidad en el campo y a su
contaminación. Hay menos diversidad de hábitat, menos insectos, menos
roedores y, por tanto, menos alimento para las aves agrarias, que además
sufren envenenamientos secundarios.
Esta realidad lleva aparejada un continuo despoblamiento rural
que también afecta a las aves ligadas a entornos con presencia humana.
Por ejemplo, las lechuzas pierden lugares tradicionales de nidificación
como campanarios, caseríos o granjas.
¿Qué hacer?
Como
ocurre en la mayoría de los casos, mejorar las poblaciones de lechuza
pasa por una mejora de la biodiversidad en el medio rural. Lograrlo es
un reto en el que intervienen múltiples factores pero que, en el terreno
legislativo, tienen importantes hitos en los próximos años.
En 2018, por ejemplo, se espera que el Congreso de los Diputados apruebe la Ley de Cambio Climático, que tendrá también impacto en la configuración del medio agrario. Éste, a su vez, tiene pendiente la reforma de la conocida PAC,
un proceso que acaba de arrancar y que, por el momento, no ofrece
buenas noticias a la lechuza. Además, también en 2018, se abre el
proceso de revisión de la Directiva Marco de Agua, un instrumento comunitario crucial que tiene gran impacto en la configuración de nuestros campos.
La
elección de la lechuza como Ave del Año reforzará el trabajo de
incidencia que está realizando SEO/BirdLife en los tres procesos
legislativos, pero la ONG no se quedará ahí e impulsará nuevas vías de
trabajo con otros agentes –consumidores, agricultores, ganaderos,
municipios del medio rural, entre otros– para mejorar el hábitat y las
condiciones de la lechuza, a fin de reducir sus amenazas directas y
mejorar el conocimiento sobre la especie. En este sentido, pide la
colaboración ciudadana para identificar zonas de cría y nidificación,
siempre sin molestar a las aves. De esta manera, la ONG ambiental podrá
conocer mejor la distribución en España de la especie y completar el
Atlas de las Aves en época reproductora. Más información en [email protected].
El
Ave del Año también centrará su acción en el ámbito internacional y
legal y es que, al igual que otras especies de búho y de cárabo, la
lechuza común ha vivido en los últimos años su minuto de fama gracias a
la saga de Harry Potter, un interés que ha disparado el comercio ilegal de la especie en algunos puntos del planeta, como el sudeste asiático.
Por otro lado, las colisiones y electrocuciones, y también los atropellos en carretera, no contribuyen a mejorar su estado de conservación en España.
Además,
en el marco del Programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife, se
hará difusión y se promoverán medidas para su conservación y para
favorecer su presencia en núcleos urbanos adecuados para la especie,
como la instalación de cajas nido.
30 años de celebración
En
esta edición de la campaña de SEO/BirdLife, 3.796 socios y
simpatizantes han mostrado sus preferencias para elegir la especie sobre
la que consideran que debe hacerse una llamada de atención debido a su
mal estado de conservación. La lechuza común ha obtenido 1.719 apoyos, el chorlitejo patinegro 1.134, y el alimoche común 943.
Desde
que en 1998 SEO/BirdLife pusiera en marcha esta campaña de comunicación
y conservación, cada año la organización ambiental pone el foco de
atención sobre una especie que presenta un declive en sus poblaciones o
presenta una importante amenaza del hábitat en el que vive.