Las artistas Moneiba Lemes y Pilar Rodiles exponen en la Casa de los Coroneles en Fuerteventura

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La fiesta es para todos y Habitare se muestran al público desde el 13 de marzo al 9 de mayo

Dos artistas de distintas generaciones y diversos lenguajes ocupan las salas de la Casa de los Coroneles, en La Oliva, Fuerteventura. Moneiba Lemes presenta su serie La Fiesta es para todos, en las que el  uso de imágenes de actualidad política se combinan con escenas festivas, representando estados distintos de la colectividad, que en unas ocasiones se muestra agitada como agente de cambio social y en otras en actitud pasiva o expectante. Por su parte, Pilar Rodiles en Habitare trabaja con la pintura y grabados calcográficos al aguafuerte sin distinción entre lenguajes abstractos y figurativos. Ambas propuestas artísticas se podrán visitar desde el 13 de marzo al 9 de mayo, en este singular espacio de la isla de Fuerteventura.
Moneiba Lemes le presta más atención al cómo que al qué pintar. En otras palabras, los temas que emplea se integran en el desarrollo pictórico, y no al revés. En “La fiesta es para todos” vemos masas de personas, reuniones, celebraciones, espectadores, etc. Estos motivos se ajustan a una factura nueva en la obra de la artista, -que hasta ahora se reconocía por la sobriedad de sus tonos grises-, mayor intensidad del color, pincelada corta y segmentada, ausencia de jerarquías entre figura y fondo y planitud dimensional. Estas decisiones de carácter formal han cristalizado en una temática no carente de actualidad en nuestro contexto social, insistiéndose más en la representación de la colectividad que en la del sujeto.
Las masas de personas, que han resultado tan peligrosas como emancipadoras dependiendo de los diferentes episodios históricos, aparecen en "La fiesta es para todos" separadas del conflicto que las ha reunido.
Moneiba Lemes es de Lanzarote y estudió Bellas Artes en la Universidad de La Laguna. Su trabajo es fundamentalmente pictórico, pero está muy ligado a la fotografía y el video. Esta exposición ha sido producida en Berlín, ciudad en la que vive desde hace tres años.
Pilar Rodiles no precisa caballete; como hicieran los expresionistas abstractos, trabaja sobre la obra  y con su mirada cenital escruta la tela. De este modo, mundos personales, intimidad y  sentimiento colectivo se entrelazan.  La obra perpetúa su territorialidad, como marco espacial y comunicativo.

Habitare consta de 12 obras realizadas entre los años 2010 y 2011, de ellas 5 son pinturas en técnica mixta sobre lona y 7 grabados calcográficos al aguafuerte y punta seca sobre plancha de latón, estampados a varias tintas.

Pilar Rodiles participa de la action painting, Trabaja con la pintura, en, desde y dentro de la pintura y arroja evidencias sobre el verdadero funcionamiento del pensamiento creador, sin distinción entre lenguajes abstractos y figurativos.  La obra, abierta a este modo de ver y de sentir, nos aventura un nuevo orden en el que las relaciones tradicionales saltan por los aires para facilitar la delineación de nuevas posibilidades de relación. Inmersa en un tiempo en el que se diluyen las metáforas y las asociaciones, la vigencia del accionismo concede fuerza al gesto pictórico y a la sutileza de la mancha y la luz.

La acción constituye un ejercicio insustituible para Pilar Rodiles. Se trata de una experiencia existencial, intuitiva, libre…  alejada de todo convencionalismo, indisoluble de sus inquietudes vitales,  que inciden en la génesis de formas inéditas que siente la necesidad de compartir.

La artista nace en Tetuán, Marruecos y estudia en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, residiendo en Las Palmas de Gran Canaria desde 1969 y, desde entonces, una visión nueva del mundo se impone, más dual y polícroma, con coherencia y autenticidad. Desde su inicio como artista, a mediados de los ochenta, se siente atraída por la técnica del collage que desarrollará a través de una influencia surrealista. Poco después explora espacios físicos del lienzo mostrando la potencialidad estética de lo matérico dentro de las tendencias del informalismo, eliminando de su pintura cualquier contenido figurativo, salvo formas geométricas como cruces o triángulos.

En momentos de encrucijadas, de transformación como consecuencia de la revolución en la información digital, las piezas en grabado y pintura de Pilar Rodiles conforman un espacio intermedia donde además es posible el reencuentro entre lo literario y lo artístico, la crítica social y la reivindicación.