La
diputada del Grupo Nacionalista Canario por Fuerteventura, Lola García, planteó
hoy la necesidad de “reducir la ratio por aulas y normalizar el servicio de
intérpretes en los centros”, como medidas sobre las que hay que avanzar en
materia educativa con respecto a la formación de las personas sordas.
La
diputada majorera intervino hoy en el Parlamento de Canarias en una
comparecencia de la consejera de Educación y Universidades, Soledad Monzón,
planteada por el grupo Podemos para informar sobre intérpretes de lenguaje de
signos y el acceso de personas sordas a la educación.
Recordó que recientemente, el Centro
de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española del Real Patronato
sobre Discapacidad, reclamaba también la incorporación de la lengua de signos
española a la Educación, coincidiendo con el Día Internacional de la Lengua Materna que
se celebró el pasado 21 de febrero.
“No
en vano, para muchas personas sordas y sordociegas la lengua de signos española
es su lengua materna porque es la lengua que adquieren de forma natural, la
que conocen y comprenden mejor, su instrumento natural de pensamiento y
comunicación”, explicó la diputada de CC por Fuerteventura.
Lola
García se refirió a su experiencia profesional como docente, para concretar que
la estructura del sistema educativo canario recoge la existencia de la Red de centros
ordinarios de Atención Educativa Preferente de alumnado con Discapacidad
Auditiva.
Estos
centros preferentes auditivos cuentan con un Logopeda e imparten clases de
lenguaje de signos al menos dos veces por semana.
En
ellos se trabaja con frecuencias auditivas para ver si los niños detectan el
sonido y lo van relacionando con su voz.
“Y lo positivo es que es una forma de trabajo que permite que los niños permanezcan integrados
en la dinámica habitual de la clase.
Pero hay que ir más a fondo. Miren, la ratio de alumnos por aula se
reducen cuando hay adaptaciones curriculares significativas. Que no es el caso.
Y, aunque no se den adaptaciones curriculares significativas, de todas formas
se obliga a adaptar los contenidos a las características de los niños”,
explicó.
El
planteamiento que hizo Lola García aprovechando esta iniciativa es “estudiar la
posibilidad de bajar la ratio de las aulas en los grupos que cuenten con este
alumnado, y que se le considere 'adaptación curricular significativa', o bien
alguna fórmula intermedia que permita
actuar en el mismo sentido”, dijo.
Esto
es algo especialmente importante en los primeros cursos, que es cuando el
alumno aprende a desenvolverse con el lenguaje de signos.
También
merecen una atención especial los
alumnos a quienes se ha realizado un implante coclear, especialmente cuando
éste se hace durante las primeras etapas educativas y por lo tanto el esfuerzo
de aprendizaje es doble.
“La problemática no se
queda aquí, estos días veíamos las complicaciones que los alumnos sordos de las
universidades canarias tienen para acceder al servicio de un intérprete de
lenguaje de signos para poder seguir las clases. Precisamente, porque el
servicio, al menos en La Laguna, funciona a través de una lista de empleo, caracterizada
por su inestabilidad e incluso la escasa y tardía remuneración de los
intérpretes”, terminó recordando a diputada majorera.