Millones de trabajadores y trabajadoras se encuentran sin empleo. Tener unas manos para trabajar; tener una carrera terminada; disponer de tu capacidad tanto manual como intelectual y no encontrar un trabajo digno es humillante. Se está desperdiciando el talento colectivo de una sociedad, hipotecando indefinidamente su futuro. Los trabajadores y trabajadoras no se merecen este atropello a nuestra dignidad colectiva.
Cientos de miles de familias han perdido su casa. No hay nada más inhumano
que desalojar a una familia de su hogar, solo para alimentar la voracidad
insaciable de unos banqueros sin escrúpulos. Banqueros a los que los estados
siervos de la Troika alimentan a costa de empobrecer aún más a la clase
trabajadora y a las personas más indefensas.
Mientras, la patronal, aprovechando el drama del paro masivo, aprieta las
tuercas a la baja de los salarios y de las condiciones de trabajo a las
personas que aún tienen un empleo. Trabajadores y trabajadoras que, ante la
difícil situación, no pueden ni siquiera cuestionar su papel de meros
explotados/as por el capital. El sistema intenta obligarnos a mostrar
agradecimiento a los empresarios, convertidos por el sistema en benefactores de
la sociedad. Es hora de repartir el trabajo y la riqueza, y que las personas
trabajadoras puedan sentirse dueñas de su futuro.
Nuestra juventud no tiene posibilidad de forjar un proyecto de vida digno
con las actuales políticas y se ve abocada a buscarse la vida en el extranjero
como antes hicieron nuestros padres y abuelos.
Decimos no a un sistema patriarcal que nos arrastra a épocas del pasado,
quitándonos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, negándonos la
capacidad para decidir sobre si queremos o no ser madres, provocando la vuelta
a los hogares para dedicarnos a la crianza.
Estamos sufriendo las políticas ejecutadas por el gobierno del PP al
dictado de la Troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y
Comisión Europea), consistentes en el robo de derechos y el empobrecimiento
generalizado de la mayoría social. Estas políticas que se fundamentan en el
pago de una Deuda ilegítima que no han contraído los ciudadanos y ciudadanas,
son producto de la especulación bancaria y los excesos de los distintos
gobiernos.
Privatizan lo rentable mientras nos recortan el presupuesto en salud,
educación, dependencia, transportes públicos, agua, energía, comunicaciones,
servicios sociales, etc.., lo que redunda negativamente en nuestros derechos
ciudadanos. Se ríen de nuestros mayores que sufren una enorme pérdida de su poder
adquisitivo, mientras ven como sus ahorros de toda la vida están secuestrados
por la estafa bancaria de las preferentes y otros productos financieros
delictivos.
El gobierno del PSOE, con el apoyo del PP, modificó el artículo 135 de la
Constitución para que se priorice el pago de la deuda frente a los derechos y
necesidades de las personas. Lo justificaron diciendo que habíamos vivido por
encima de nuestras posibilidades y que había que ser austeros y, por tanto, era
imperativo recortar el déficit. Sin embargo, no ha habido ningún recorte a la
hora de inyectar decenas de miles de millones de euros para salvar a los bancos
y especuladores. Nos quieren hacer tragar un “Tratado de Libre Comercio” entre
la UE y EE.UU. (TTIP) que se negocia secretamente y que beneficia las grandes
multinacionales a costa del pueblo.
Están aprovechando la crisis para recortar derechos. Estas políticas de
recortes están causando sufrimiento, pobreza, hambre e incluso muertes y todo
para que la banca y los poderes económicos sigan teniendo grandes beneficios a
costa de nuestras vidas.
Porque nos han robado la libertad. Al capitalismo le sobran las libertades
y los derechos de la mayoría social. Es un sistema que busca exclusivamente el
beneficio privado de unos pocos y que nos lleva inexorablemente a una
catástrofe medioambiental y social de alcance incalculable.
Para la mayoría social esta crisis-estafa está significando un gigantesco
drama humano. Sin embargo, para una insignificante minoría supone un gran
negocio. Y cuando se protesta, siempre obtenemos la misma respuesta: la
represión y criminalización del sindicalismo de clase y de los movimientos
sociales. Es un sistema que necesita la represión para mantenerse y que debe
ser superado con la lucha en la calle.
La descomposición del régimen surgido de la Constitución del 78 se hace
evidente debido a los mismos elementos presentes en su nacimiento, el cual tuvo
lugar en contra del pueblo, está corroído por la corrupción y no tiene ninguna
legitimidad. Los derechos y libertades nos han sido robados para favorecer los
intereses de una minoría y asegurar sus beneficios, los mismos que nos han
llevado a este estado de excepción social.
Los distintos Gobiernos se sitúan fuera de la legalidad, convierten en
negocio los derechos que tanto costaron conquistar y sustentan la corrupción,
un hecho generalizado pero no independiente del sistema económico, que forma
parte de la estructura misma de esta sociedad y es indispensable para su
desarrollo. Tanto los corruptores como los que se dejan corromper forman parte
de este sistema injusto de producción y distribución de la riqueza.
Llamamos a los pueblos a que ejerzan su soberanía, alzando su voz de abajo
arriba, democráticamente, para construir un proceso constituyente que garantice
realmente las libertades democráticas, el derecho a decidir y los derechos
fundamentales de las personas.
Desde la MARCHA DE LA DIGNIDAD 22M, consideramos que es importante
articular una movilización unitaria, masiva y contundente contra las políticas
que atentan contra los derechos humanos y la justicia social.
Una movilización contra el pago de la deuda, por el empleo digno, por la
renta básica, por los derechos sociales, por las libertades democráticas,
contra los recortes, la represión y la corrupción, por una sociedad de hombres
y mujeres libres, una movilización contra un sistema, un régimen y unos
gobiernos que nos agreden y no nos representan.
Exigimos, por tanto, que se vayan. Que se vaya el Gobierno del PP y,
también, todos los gobiernos que recortan derechos sociales básicos, todos los
gobiernos que colaboran con las políticas de la Troika.
Por eso hacemos un llamamiento a llenar de dignidad y rebeldía las calles
con la movilización de columnas en defensa de una vida digna para las personas.
Convocamos a los pueblos de España a salir a la calle e incorporarse a las
movilizaciones convocadas por el Movimiento22M Marchas de la Dignidad.