La Consejería de Medio Ambiente, que dirige Natalia Évora, en colaboración con el personal del Plan de Limpieza Insular, ha procedido a la retirada de aproximadamente 3.500 pilas usadas, recogidas en la zona conocida como El Caracol, cerca de la costa de Tuineje. Natalia Évora asegura que "se desconoce la procedencia de este hallazgo altamente contaminante que debía ser recogido con urgencia y tratado de la manera adecuada".
Los residuos fueron encontrados durante la campaña de limpieza que
lleva a cabo la Consejería, a través del Proyecto de Formación para el Empleo,
Plan de Limpieza Insular; una iniciativa financiada por el Servicio Canario de
Empleo y el Cabildo de Fuerteventura. Estos equipos trabajan de manera
coordinada con vigilantes de Medio Ambiente y se encuentran saneando espacios
naturales de la Isla, zonas protegidas y territorio, en general.
Las pilas son un
producto muy contaminante. Según Greenpeace, el 30% de su contenido está compuesto por materiales tóxicos, como
mercurio o litio, que causan daños en la salud y el medioambiente. Con el paso
del tiempo y su descomposición, sus elementos derraman esos tóxicos en el
suelo, el agua y el aire.
El Cabildo de
Fuerteventura recuerda a los ciudadanos que en la actualidad existen cuatro
puntos limpios repartidos por toda la Isla, adecuadamente equipados para la
recogida de este tipo de residuos, que gestiona la Consejería de Residuos,
dirigida por María Luisa Ramos. Las instalaciones se ubican en Risco Prieto
(Puerto del Rosario), Lajares (La Oliva), Fuente Bartolo, en Gran Tarajal
(Tuineje): y en el Barranco de Mal Nombre (Pájara). Estos recintos se encuentran
abiertos al público de martes a domingo, entre las 09.00 y las 19.00
horas.
Además de pilas
y baterías, los ciudadanos pueden depositar en estos puntos los siguientes
residuos: aceite vegetal, aceite mineral, aerosoles, lámparas fluorescentes,
restos de poda y jardinería, papel y cartón, vidrio, envases ligeros, pinturas,
ropa y calzado, radiografías, electrodomésticos, aparatos eléctricos y
electrónicos, metales, madera, residuos y escombros procedentes de pequeñas
obras domiciliarias de construcción y reparación, envases contaminados,
cartuchos de tinta y tóner, entre otros.