Medio centenar de tomateros de Fuerteventura participan en 130 aniversario del cultivo de exportación

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El diputado del Grupo Nacionalista Canario Mario Cabrera, señaló ayer cómo el futuro del sector tomatero en Canarias está ligado al desarrollo el nuevo Plan Estratégico del sector y a la consolidación de las ayudas al transporte en los mismos niveles que estaban antes de la crisis. Mario Cabrera intervino como presidente de la Comisión de Agricultura del Parlamento de Canarias en las jornadas por los 130  años del cultivo del tomate de exportación en las Islas, que se desarrollan en Vecindario.

En dicho encuentro participan medio centenar de productores de Fuerteventura, junto a representantes del Cabildo de Fuerteventura y del Ayuntamiento de Tuineje. La diputada del Grupo Nacionalista Canario por Fuerteventura, Lola García, también participó en el congreso.

En su intervención Mario Cabrera recordó cómo hace unas semanas en el marco de FEAGA ya se mantuvo un primer encuentro con la Comisión de Agricultura del Parlamento, presentando el informe elaborado por la FEDEX sobre los costes del transporte marítimo y aéreo, y las compensaciones que se vienen asignando, “incluyendo el desgate generado por una década de litigios con el Ministerio de Economía y Hacienda que finalmente, porque no podía ser de otra forma, se saldó de acuerdo con la lógica y la razón a favor del sector tomatero”, apuntó.


Recordó que el sector viene padeciendo durante la última década las consecuencias de una serie de factores negativos. En unas ocasiones por la coyuntura internacional, y en otras por problemas más cercanos. Por eso desde el 2008 el Parlamento de Canarias aprobó llevar a cabo un Plan Estratégico para recuperar el territorio perdido y compensar aquellos factores que le venían afectando.

“Este Plan tuvo una vigencia hasta 2014, y nos encontramos con que uno de sus objetivos principales, que era la inversión en modernización, se ha incumplido, precisamente porque coincidió con los recortes de la crisis. Permitió que los productores en mejores condiciones pudieran acometer reformas, pero también generó un endeudamiento financiero que se acució cuando los abonos de las administraciones no terminaron de llegar en tiempo y forma. La situación fue tan complicada que los 10.800 puestos de trabajo en las dos provincia llegaron a estar en peligro”, recordó en su intervención.

El trabajo de la plataforma por la defensa del tomate, con patronales, sindicatos y organizaciones agrarias, “dio sus frutos y llevó a que el Gobierno abonara 5 millones de euros de la deuda que permitió salvar la campaña. Y a partir de entonces se han ido abonando las anualidades, a la espera de que el Estado haga lo propio”, explicó.

Y todo ello, “sin olvidarnos que los recortes que también afectaron a la compensación para el transporte, que en su momento llegó a estar en un 55% o 60% y durante los años de la crisis descendió hasta apenas un 23%”.

Además, subrayó que la falta de controles fitosanitarios más estrictos también ha hecho que desde los años 2000 hayan mermado las producciones, y teniendo que afrontar grandes inversiones para aplicar medidas de contención de plagas. “Eso nos ha llevado de pasar de unos 900 productores que hubo en su momento a los alrededor de 225 que hay actualmente”, expuso el diputado majorero durante su intervención.

“El reto –señaló-- es actualizar el Plan Estratégico del Tomate, manteniendo los criterios de modernización, pero asegurando las aportaciones de todas las administraciones. Pero en el plano productivo también tenemos un importante reto en seguir avanzando hacia la aplicación de criterios ecológicos, que son los que ahora mismo tienen mejor demanda y son más valorados”, expuso.

La trayectoria no ha sido sencilla, “pero hoy en día podemos subrayar que la marca tomate canario se mantiene con un peso específico  en Holanda y Reino Unido; y desde Holanda se distribuye a Alemania, Bélgica y Luxemburgo. Y que en los últimos años despunta cada vez  más en los mercados nórdicos. Todo esto es muy importante, porque al fin y al cabo estamos hablando de la principal actividad de exportación para Canarias”.

Y terminó recordando que “todas estas referencias a las leyes, a los programas y a los costes de comercialización no tendrían ningún sentido si detrás de ello no estuviera la vida, día a día, de casi 11.000 familias canarias. Familias herederas de las que en su momento compartieron cuarterías y jornadas intensas. Qué crearon pueblos y hasta nuevas formas de vida en torno al tomate. Sorribaron tierras, levantaron paredes, montaron invernaderos, tendieron redes de riego…. Por eso, los verdaderos protagonistas de estos 130 años de historia son las cientos de miles de personas que durante generaciones sostuvieron esta actividad”, terminó explicando.