En 1986 el Colectivo por el Saladar de Morro Jable se formó para luchar contra los planes urbanísticos que preveían la transformación turística de la zona con la construcción de hoteles y apartamentos. El colectivo puso en marcha acciones como concentraciones o recogida de firmas, logrando unir al pueblo por una causa común.
El empuje social fue de tal magnitud, que las autoridades municipales adquirieron finalmente los terrenos, modificaron los planes urbanísticos y promovieron su declaración por parte del Gobierno de Canarias como Sitio de Interés Científico y su inclusión en la lista Ramsar de humedales de importancia internacional.
Según los miembros de este colectivo, fueron tres años de duras batallas, escritos y actividades, hasta que se calificó todo el territorio como zona protegida de uso público.