La diputada del
Grupo Nacionalista Canario por Fuerteventura, Nereida Calero, ha denunciado hoy en comisión
parlamentaria las consecuencias negativas que está provocando la instalación de
los parques eólicos en Fuerteventura y “que ya venimos denunciando desde la
pasada legislatura”.
Este proceso,
necesario para la difusión de las energías renovables, está favoreciendo el
interés empresarial privado por encima del local y social, aplicando criterios
que no han sido razonados “con los pies en el malpaís o las gavias, sino
sentados en un despacho”, destacó la diputada.
Estos parques se
están instalando en zonas muy próximas a las casas de los vecinos, destruyendo
paisajes de gran valor para nuestros habitantes, turistas y visitantes;
dejándolos inservibles incluso para esa industria cinematográfica, suponiendo
un riesgo para especies de aves protegidas, o convirtiendo muchas áreas rurales
en solares para instalar equipos energéticos, con la consiguiente destrucción
de terrenos destinados a otros usos como la agricultura o la ganadería.
Es un error
localizar infraestructuras energéticas en suelo que no es el específico para
este fin. Estamos destruyendo el paisaje y acabando con el suelo agrícola. Y
debemos hacer efectivos los mecanismos que tenemos a nuestro alcance para
limitar los efectos perversos, “como podría ser a través de la Ley del Suelo o
a través de cambiar el reglamento que regula la instalación de parques eólicos,
y que permitan frenar el desastre que están provocando”, explicó.
Para Nereida
Calero, “es fundamental aumentar la distancia a los núcleos habitados, no menos
de 250 metros, ni molinos de 158 metros de altura a menos de 400 metros de sus
casas. Hay que establecer que los suelos protegidos, de valor paisajístico o
destinados a la agricultura o ganadería serán la última opción. O que se dé a
los ayuntamientos un plazo para que presenten una alternativa a su ubicación,
cuando vayan en contra del planeamiento municipal o insular y que las
mediciones para los informes de ruidos de los aerogeneradores no se haga
exclusivamente en el interior de las casas, al menos en las zonas rurales,
porque en islas como Fuerteventura en esos núcleos se hace precisamente más
vida en el exterior.
En Fuerteventura
hay numeroso ejemplos de instalaciones que no cumplen con los mínimos criterios
de sostenibilidad como son los Parques eólicos Fuerteventura renovables I y
III, en el municipio de La Oliva, junto al renovables II que está localizado
cerca de uno de los comederos de guirres más importantes, especie en peligro de
extinción.
Parece que a los
encargados de este Gobierno de gestionar la instalación de energías renovables,
no les interesa tanto el medio ambiente, “lo cual resulta curioso.
No se puede
permitir a los promotores utilizar suelo rústico protegido y productivo, solo
porque les resulte más barato que el urbano o el industrial, contraviniendo el
planeamiento municipal e insular que establece que para este tipo de suelo no
se admiten estas instalaciones”, explicó.
Otro ejemplo es
el parque eólico del Time al que los vecinos han recurrido la declaración de
interés general. Este parque incumple incluso las distancias establecidas en el
decreto 6/2015, que ya son insuficientes, está localizado en suelo rústico
protegido de alto valor paisajístico y de protección agraria, en contra del planeamiento
insular y municipal y con especies en la zona en peligro de extinción.
A última
instancia la diputada pidió al consejero si se podría evitar “este desastre a
través del informe previo del a Dirección General de Protección de la
Naturaleza”.