- “Los primeros beneficiarios de los balances turísticos positivos deben ser los trabajadores del sector”, indicó
La diputada del Grupo Nacionalista Canario por Fuerteventura, Nereida Calero, explicó éste miércoles en el Pleno del Parlamento de Canarias que “hay que asumir con claridad los límites al crecimiento turístico y poblacional”, para poder saber bien cómo gestionarlos, “y evitar que se generen mayores desequilibrios en infraestructuras, servicios básicos, seguridad, convivencia”, etc.
Consideró además que ante el crecimiento del balance turístico que viene registrándose en los últimos años, es el momento de aumentar precios, seleccionar mercados, pero también de invertir en formación, en renovación, en modernización… “En definitiva, en calidad de infraestructuras y servicios. Y de subir salarios. Los primeros beneficiarios de los balances positivos del turismo deben ser los trabajadores del sector”, apuntó.
Nereida Calero intervino este miércoles durante la comparecencia del consejero de Turismo, Cultura y Deportes, Isaac Castellano, relativa a las medidas para establecer límites a la carga poblacional y turística planteada por el Grupo Mixto.
Recordó que “muchas formaciones, cuyos portavoces hablan ahora claramente de estos conceptos de capacidad de carga, no hace mucho nos llegaron a acusar de fomentar la xenofobia, cuando indicábamos que había que comenzar a pensar en cuál era el techo turístico y el techo poblacional de las islas”.
Consideró que “alguna conclusión debemos extraer” de datos como los de Hosteltur que indican que 2016 se cerró con Fuerteventura como la isla con mayor proporción de turistas por habitante a nivel mundial. Esto es: 2.217 turistas por cada 100 habitantes en Fuerteventura a lo largo de 2016.
Lanzarote fue la segunda del ranking, La Gomera la sexta, Tenerife la séptima, Gran Canaria la novena y La Palma la número 12. A nivel mundial...”
Sí dejó bien claro que tener una alta presencia de turistas es muy positivo para las Islas, porque genera mucha economía. “Pero hay que saber bien como gestionarlo, porque también afecta a nuestras carreteras, al medio ambiente, al mercado laboral, que atrae a más trabajadores; a los servicios sociales; al acceso y coste de la vivienda, por la mayor demanda; a la desalación de agua, a la depuración, a la sanidad…”.
“Lo que quiero decir con todo esto es que los límites están ahí, existen, y que las islas son un territorio muy frágil. Y que esos límites debemos asumirlos con claridad, porque de otra forma acabaremos degradando y destruyendo nuestra principal actividad económica y nuestro territorio. Y, más importante aún, nuestra estabilidad social”, señaló.
Apuntó, entre otra cuestiones, que hay que empezar “a aliviar la presión turística de algunos territorios y fomentar la llegada a otros con mayor necesidad de incrementar su actividad turística y hasta su población”.
