Nueva Canarias Fuerteventura celebra el Día Internacional de La Mujer con una mesa de debate

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Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de La Mujer Nueva Canarias Fuerteventura ha celebrado en la sede de la formación política de Puerto del Rosario,  una mesa de debate en la que han participado por parte de Nueva Canarias, la secretaria de Organización Insular, Pilar Rodríguez, la secretaria de Coordinación, Ángela Guerra, la secretaria de Movimientos Sociales, Carmen Hernández y la Trabajadora Social Begoña Jiménez. La mesa de debate contó también con la presencia de la Presidenta de la Asociación Renacer Violeta, doña Fabiola Espinosa, con doña Rosa Goyanes, integrante de la unidad de Participación Ciudadana de la Policía Nacional, con la Presidenta de la asociación de comerciantes de Puerto del Rosario Acoen, Clara Delgado y con la periodista Nuria González.

Tras el interesante debate desarrollado, las participantes decidieron elaborar un manifiesto que se reproduce a continuación:

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer nace de una crónica sangrienta, en donde el abuso, la explotación y la impunidad causa la muerte de 146 trabajadoras textiles, abrasadas por el fuego, asfixiadas por la inhalación de humos, bajo el derrumbe del edificio o tras arrojarse al vacío ante el temor de las llamas en el incendio de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York, el 25 de marzo de 1911.

Este desastre, marcará el camino de la lucha que mujeres de todo el mundo inician en la segunda década del siglo XX por la equiparación de sus derechos al de los hombres: derecho al voto y a ocupar cargos públicos, derecho al trabajo, a la educación y formación profesional y el derecho a la no discriminación laboral o familiar.

Durante más de un siglo, las mujeres venimos luchando en todos los ámbitos de la vida para intentar conseguir ser iguales a los hombres, abanderadas principalmente, por otras mujeres mal llamadas revolucionarias, indecentes, furibundas, indígenas, migrantes o de baja escala social. Mujeres al fin y al cabo, que han luchado por conseguir una mayor igualdad en todos los ámbitos de su vida.

El Día Internacional de la Mujer ha ido adquiriendo, desde sus inicios, una dimensión mundial para las mujeres de todo el mundo, con movimientos internacionales “in crescendo” en defensa de los derechos femeninos, derechos avalados por la ONU en las cuatro Conferencias Mundiales celebradas hasta ahora. Con todo ello, se ha pretendido contribuir para que esta conmemoración se convierta en un punto de unión entre las actividades coordinadas a favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica de nuestras sociedades.

En España, la aprobación de instrumentos, como la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en la que se incorporaron nuevas medidas para la conciliación de la vida familiar y laboral entre otras, no ha supuesto en la realidad que se logren los objetivos que se pretendían, pues esta Ley requeriría de una aplicación y desarrollo paralizada por la situación de crisis vivida en nuestro país y que ha llevado consigo un significativo inmovilismo por parte de nuestros gobernantes con la puesta en marcha de recortes sociales que han supuesto un ataque directo contra la mujer. Sirvan como ejemplo los recortes en guarderías públicas o los recortes en la ley de dependencia, recortes que influyen directamente en nuestras féminas vidas.

Una Ley que en cambio podría haber significado un gran avance en el camino hacia la consecución de esos objetivos, Y creemos sinceramente que aún estamos a tiempo si tenemos muy presentes los obstáculos que debemos identificar y combatir y la trayectoria a recorrer para lograrlo.

Los Derechos de las mujeres han ido claramente en retroceso en estos últimos cuatro años con el beneplácito de nuestros gobernantes nacionales, autonómicos y locales. Basta con echar una ojeada al acontecer diario de cualquier mujer centrándonos sobre todo, en su vida laboral y doméstica y en los cuidados de nuestros hijos y familiares, para darnos cuenta de cuál es actualmente la situación que vivimos.

Un retroceso que se hace visible en la desigualdad, precariedad y segregación laboral de trato y oportunidades entre mujeres y hombres ante una situación social, política y económica que lastra nuestro modelo democrático de relaciones laborales y derechos sociales, provocado por los recortes en servicios públicos esenciales como la Sanidad, la Educación o la atención a la Dependencia.

Aunque hoy en día, la necesidad más urgente que vive nuestra sociedad es instrumentalizar la lucha frente a dos de los problemas más apremiantes que vivimos las mujeres: la violencia de género y la feminización de la pobreza con condiciones laborales más precarias: trabajo a tiempo parcial, temporalidad, desempleo de larga duración, dificultad de acceso al empleo en la edad madura, etc… Problemas estos que se encuentran íntimamente relacionados entre sí.

En nuestra sociedad del siglo XXI, vivimos una violencia basada en las expectativas y subordinación que las mujeres deberíamos cumplir dependiendo de nuestras etnias, clases sociales, orientación sexual, lugar de origen, edad… conceptos estos, restrictivos y exiguos, que se instrumentalizan para hacer invisibles a las mujeres obreras, las indígenas o nativas, lesbianas, mujeres negras o musulmanas y a tantas y tantas otras. Es por ello que no se habla de mujeres como sujetos iguales, sino que nuestro discernimiento y representación vienen definidos por el lugar que ocupamos en el mundo.

Para hacer frente a estos problemas, es necesario que seamos capaces de diseñar una agenda común en la que todas las mujeres estén representadas en todos los estratos y niveles sociales. Una agenda dirigida, no solo al estado o las instituciones con sus múltiples cabezas e instrumentos, sino también, a los roles sociales o a la familia y la pareja, entre otros. En el primer caso, debemos abordar la transformación diseñando y reproduciendo nuevos modelos educativos que eviten, por ejemplo, el  lenguaje no sexista en los puestos de trabajo, en las organizaciones o en nuestras relaciones cotidianas; en el segundo no deberíamos cuestionarnos la puesta en práctica de otros modelos afectivos que habrá que, muy al contrario, visibilizar y respaldar, en la calle y en nuestras sociedades mal llamadas “civilizadas” del siglo XXI.

Aunque la humanidad sigue avanzando, la discriminación de las mujeres sigue persistiendo. Pese a que los movimientos de mujeres han desempeñado un papel fundamental, impulsando cambios, esforzándose por empoderar y preparar a las mujeres para la lucha por la igualdad, sabemos que aún nos queda mucho camino por recorrer.

Por eso, Nueva Canarias Fuerteventura reitera su compromiso para seguir avanzando en la mejora de las condiciones laborales y en la seguridad de que éstas, acabarán definiendo nuestra calidad de vida, para que entre todas y todos consigamos una sociedad más justa, solidaria e igualitaria y que en el futuro, no tengamos que denunciar y reivindicar estas discriminaciones y desigualdades hacia las mujeres.