· Desde hace muchos años y ante el desafío
separatista, algunos ciudadanos de Cataluña han estado gritando: “El
lobo, que viene el lobo”. Pero, ante este grito de peligro y de
petición de ayuda, la reacción del Gobierno de Mariano Rajoy fue la de la liebre
de la fábula: prepotente, soberbia y sobrada, se tumbó a la sombra de un
árbol, mientras que la tortuga, despacio pero sin pausa, llegó a la meta y le
ganó la carrera. Y, así, los independentistas catalanes van a llegar a la meta,
el próximo 1 de octubre, sin que Rajoy, hasta el momento, haya reaccionado y
haya seguido el
ejemplo y los pasos de Cicerón, que denunció illico e hizo fracasar, con sus catilinarias y con sus actos en el
Senado Romano, el complot del golpe de estado planificado por Catilina contra
la República romana.
· Mariano Rajoy, como sus predecesores, ha traicionado el juramento/promesa que hizo
en su día de “guardar
y hacer guardar las leyes”. Y esto denota, por parte de los poderes del
Estado, una dejación de funciones y un mirar para otro lado, que han llevado al
Estado de derecho español al borde del abismo. Ahora bien, durante sus
vacaciones estivales en Galicia, el presidente Mariano Rajoy no sólo se ha
dedicado al dolce far niente y a
sestear. Además, ha rizado el rizo con unas
declaraciones pusilánimes, que no son de
recibo en un responsable político al que la mayoría de los ciudadanos españoles
le entregó el poder para gestionar la res
pública y la responsabilidad de hacer guardar las leyes.
· En efecto, el pasado 9 de agosto, Mariano Rajoy
participó, en Chantada (Lugo), en la celebración del 40 aniversario de la
cadena hotelera catalana Hotusa. En este contexto fue donde hizo las citadas
declaraciones, que no tienen desperdicio y que justifican los apelativos de “maricomplejines” y de “Manso de Moncloa”, con los que suele
tildar Federico Jiménez Losantos a Rajoy.
· Ante las leyes del “Referéndum” y de “Transitoriedad”,
que son los instrumentos que van a utilizar los “Catilinas independentistas
catalanes” para dar el jaque mate a la soberanía nacional y al imperio de la
ley, Rajoy confesó que estas leyes serán recurridas por el Gobierno de España
ante el Tribunal Constitucional (TC). Sin embargo, tanto él como su Gobierno
son conscientes de que este recurso ante el TC no será suficiente para acabar
con la hoja de ruta planificada y seguida, erre que erre, por el Gobierno de la Generalidad. Esta
confesión es un reconocimiento explícito de que el imperio de ley y el Estado
de derecho han dejado de existir en España y no son moneda de curso legal. En
efecto, los “Catilinas independentistas catalanes” están haciendo de su capa un
sayo y andan como Pedro por su casa, sin que nadie les lea la cartilla y les
pare los pies. ¿Para qué le pagamos el sueldo?
· Por eso, en Chantada, Rajoy hizo un llamamiento a
los ciudadanos catalanes “con sentido
común, sensatez y mesura”, para que “den
un paso adelante”, salgan a la calle y “aíslen
a los extremistas y radicales que condicionan el Gobierno de la Generalidad y
están llevando a una situación límite a más de siete millones de personas”.
Esta invitación a tomar la calle por parte de aquellos catalanes que no están
dispuestos a comulgar con las ruedas de molino independentistas constituye un
nuevo reconocimiento explícito de impotencia y de que Mariano Rajoy no está
listo para meterse en harina y coger el toro independentista por los cuernos.
Y, por eso, pide a los ciudadanos que le saquen las castañas del fuego. Parece
que Rajoy no está dispuesto a mover ni un dedo, porque tiene el síndrome del
torero Joselito que dejó de torear, después de dos graves cornadas, “porque le falló la bragueta”. ¡Qué
ejemplo para la ciudadanía la actitud “maricomplejinesca”
del Manso de Moncloa! ¿Para qué le
pagamos el sueldo?
· Hace unos días (3 y 4 de septiembre), el Presidente
Puigdemont y Marta Rovira (Secretaria General de ERC) han invitado y convocado
también a los partidarios de la independencia para que ocupen los espacios
públicos y estratégicos, con el fin de impedir que se impida (valga la
redundancia) la realización del referéndum, a pesar de que con éste se inculque
la legalidad vigente. ¡Qué ejemplo para la ciudadanía el comportamiento de los
responsables políticos independentistas que empujan a los ciudadanos a hacer
caso omiso de la legalidad vigente y a delinquir! ¡Vivir para ver! ¿Para esto
les pagamos el sueldo?
· Esta doble invitación a ocupar la calle y los
espacios públicos estratégicos sólo puede conducir a una convergencia espacial
y a un enfrentamiento físico, que puede degenerar, entre los ciudadanos de
Cataluña: los que están por el respeto a la legalidad vigente y aquellos que se
pasan por el arco de triunfo las leyes, las sentencias judiciales, la paz
social y el respeto hacia los que no piensan como ellos.
· Estas dos invitaciones, por parte de los poderes del
Estado, para que los catalanes salgan a la calle son un craso error y algo muy
grave, pudiendo conducir a enfrentamientos físicos y agresiones con resultados
letales. En los próximos días, veremos si sucede o no lo que acabamos de
apuntar. Por eso, si estas previsiones nefastas se producen, habrá que pedir
responsabilidades a aquellos a los que los ciudadanos entregaron el poder para
que gestionen los asuntos públicos y cumplan y hagan cumplir las leyes
democráticas pero que, en vez de ocuparse de esto, se han dedicado a
enfrentarlos. Si los miembros de la
casta política no respetan la promesa/juramento que hicieron cuando tomaron
posesión de sus cargos, debemos preguntarnos nuevamente: ¿Para qué coño les
pagamos el sueldo?
© Manuel I. Cabezas González
www.honrad.blogspot.com
5 de septiembre
de 2017