Más
de una veintena de autores analizan la relación entre el líquido elemento y la
isla desde tres epígrafes: 'Agua y palabra', 'El agua en la isla' y 'Agua y
futuro'
17 de junio de 2015
Mañana jueves 18 de junio, a
las 20:30 horas, el presidente del Cabildo, Mario Cabrera, y el consejero de
Patrimonio Histórico, Juan Jiménez, presentan el libro 'Fuerteventura, la
cultura del agua'.
La obra se estructura en tres
grandes bloques -'Agua y palabra', 'El agua en la isla' y 'Agua y futuro'-
donde más de una veintena de autores analizan desde distintos prismas la
relación del preciado líquido con esta isla y sus habitantes.
Así, en el capítulo titulado
'Agua y palabra' intervienen Marcial Morera, Genoveva Torres Cabrera, Joaquín Carreras
Navarro e Inmaculada Pérez Gopar.
En el
apartado 'El agua en la isla' escriben Pablo Máyer Suárez, María Victoria Marzol Jaén, Juan Miguel Torres
Cabrera, José Carlos Cabrera Pérez, Manuel Lobo Cabrera, Milagros Estupiñán de
la Cruz, Carmen Dolores de Vera Lima, Alejandro González Morales, Manuel Yeray
Estévez González, Eloy Vera Sosa, Ignacio Hernández Díaz, Rosario Cerdeña Ruiz,
Juan Jesús Darias Ruiz, Carmelo Torres Torres, César Castañeyra Medina, Andrés
Rodríguez Cabrera, Antonio Rodríguez Molina y Alberto Luengo Barreto.
En el
bloque 'Agua y futuro' participan Tanausú Herrera Checa, Mónica Barrera Barrios
y Tony Gallardo Campos.
El propio
consejero de Patrimonio Histórico señala que "la nuestra es una isla que
realmente vive a través de la memoria que le dan las venas milenarias por las
que corre el agua que la hace tierra, agua que ofrece un nombre: Fuerteventura.
Muestra de ello son parte de sus huellas territoriales, que vienen a glorificar
esa esencial relación. No obstante, la toponimia majorera ha hecho justo honor
a la deuda histórica que nuestra reseca tierra tiene con el agua, a pesar de
que ese deudor se empeñe secularmente en ocultarse a nuestros ojos tierra
adentro".
Añade Juan
Jiménez que "a pesar de todo ello, esa aparente ausencia de recursos
hídricos no es más que eso, mera apariencia, pues nuestra historia al respecto
atesora toda una cultura del agua reflejada en la literatura y en la tradición
oral, que atestiguan la capital importancia que siempre le hemos otorgado a un
bien sin el que todo sería nada. De este modo, nuestra toponimia rinde un
evidente homenaje a las referencias que sustentaron todo un sistema de
abastecimiento natural para quienes levantaron enclaves de subsistencia por
toda nuestra geografía, en torno a esos puntos referenciales, que hunden sus
raíces desde las evoluciones aborígenes".
La
necesidad, que siempre estuvo presente en Fuerteventura, generó curiosos
ingenios sobre los pocos medios disponibles, suficientes, en unos casos, para
manejar el timón del progreso; escasos, en otras ocasiones, para apenas escapar
a la miseria acechante; siempre con la mirada puesta en el cielo y en sus
señales o en los pálpitos del suelo que se pisaba. Como consecuencia del dispar
resultado de los métodos utilizados para el máximo aprovechamiento que el
propio medio proporcionaba, era habitual y, hasta cierto punto, comprensible,
que se recurriera a la intercesión divina como benefactora y, por ende, como
erradicadora, de la sed majorera.
La
historia, también en este caso, ha procurado que se provea cierta justicia ante
tanta desdicha de siglos, de manera que, ya en la segunda década de la pasada
centuria, la administración política insular, a través del Cabildo, instauró
las herramientas precisas para sentar las bases de una política hidráulica con
la que abandonar, en cierto modo, las iniciativas sin apoyo oficial siempre
inscritas en la emprendeduría individual. Es este un momento crucial en nuestro
devenir, que ha desembocado en un estatus de plena autonomía en esta materia.
"Hoy,
el Cabildo de Fuerteventura se ha constituido en el gran molino de agua que
prácticamente ha hecho olvidar los artilugios aspados que salpicaban la isla
hasta hace escasas décadas, siendo, además, el propulsor de nuevas fórmulas de
generación de un elemento que, en nuestro caso, siempre ha tenido forma de maná",
concluye.