Ríndete, PSOE! ¡Ríndete, Sánchez!
Desde
la convocatoria de las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 estamos
asistiendo a una campaña de presión y
descalificación sin precedentes contra el PSOE y su secretario general Pedro
Sánchez. El objetivo de esta campaña no es otro que colocar en el tejado
del Partido Socialista toda la responsabilidad para que facilite, directa o indirectamente, la continuidad en el Gobierno de
Mariano Rajoy y el partido más corrupto de la democracia española que es el
PP.
Sin
embargo, esta confabulación ha arreciado
tras la repetición de las elecciones generales del 26 de junio de 2016 que arrojó unos
resultados similares a las de diciembre. Esta estrategia de demolición del PSOE, que ya dura casi un año, ha sido
protagonizada principalmente por el Partido Popular, por su presidente Mariano Rajoy y sus epígonos, y por sus
valedores de los medios de comunicación
concertados y adheridos, que han prestado a la causa todos sus altavoces y
repetidores.
Estos
valedores, prosélitos y apóstoles mediáticos dan por sentado que saben mejor que nosotros lo que nos
conviene a los socialistas y pretenden marcarnos la pauta al grito unánime
de «¡Ríndete, PSOE!», «¡Ríndete, Sánchez!, y apoya por activa o
por pasiva las políticas del PP». Repiten este mantra a coro en nombre de España y de los intereses
generales de los españoles, e identifican, sin que se les ponga la cara roja
de vergüenza, al PP con la nación. Sin ir más lejos el vocero del PP, Rafael Hernando dijo estos días que
Sánchez se ha enrocado en el «no al PP y
a España». Qué desfachatez.
Pensaba
que nos toman por tontos cuando
apelan al patriotismo para que nos
abstengamos en el debate de investidura de Rajoy, pero en realidad creo que son
conscientes de que lo que están haciendo es un cínico ejercicio de negación de la democracia parlamentaria, además
de una descarga de la responsabilidad
de buscar una mayoría para formar Gobierno a quien le corresponde
hacerlo, que no es otro que al perezoso
que preside el partido más corrupto de España, y además pretende ser de nuevo presidente del Gobierno. Por cierto, ¿se imaginan a un socialista, arrastrando
el costal de casos de corrupción que arrastra Rajoy, aspirando a la presidencia
del Gobierno?
Lo
cierto es que esta confabulación político mediática no piensa en España y en los
intereses generales de los españoles. El
PP lo que desea es seguir en la poltrona para acabar la faena que comenzó hace ya más de cuatro años. Se trata de
profundizar, dar una o dos vueltas de tuerca más a las políticas que han
empujado a la desigualdad, la pobreza y
al sufrimiento a millones de españoles, mientras se multiplica el número de
millonarios que se llevaban sus fortunas a los paraísos fiscales impunemente. Y
sus valedores, como no podía ser de
otro modo, en lo que piensan es en el estado
ruinoso de sus cuentas de resultados. Y llaman a eso España.
A pesar de esta presión que da pavor y del chantaje insoportable, nos queda la libertad de decidir por nosotros
mismos. Nadie puede pretender marcarnos el camino. Los socialistas hemos traído lo mejor a la España del bienestar, de los
derechos y las libertades. Y cuando ha habido que arrimar el hombro en políticas de Estado lo hemos hecho sin titubeos, al contrario del
PP que ha llegado al extremo de utilizar incluso el terrorismo de ETA para desgastar a los gobiernos socialistas. También
hemos cometido errores que hemos
pagado bien caros. Pero ninguna confabulación va a convencer a los españoles de
la ficción de que el PSOE es el responsable de todos los males de nuestro país.
Coincido con Pedro Sánchez en que el PSOE no puede conpartir el pacto tripartito firmado por el PP, Ciudadanos y Coalición Canaria
porque «perpetúa las políticas que han traído desigualdad, pobreza, precariedad
y no resuelve la exigencia de la regeneración democrática que necesita España».
Ahora el guión de
Rajoy, sus epígonos y valedores se traslada al Congreso, y los medios
concertados y adheridos se apresuran desde la primera hora a aumentar el
volumen de sus repetidores con la misma cantinela de los últimos meses: «¡Ríndete, PSOE!», «¡Ríndete, Sánchez!».
Domingo F. Fuentes Curbelo
Soy canario, de la isla de Fuerteventura. Licenciado en Filología Inglesa. Profesor de IES San Diego de Alcalá de Puerto del Rosario. Socialista. He sido consejero y vicepresidente del Cabildo de Fuerteventura, diputado del Parlamento de Canarias y senador por la comunidad Autónoma de Canarias. Escribo en mis ratos libres y he publicado varios libros (novela y poesía).