Ahondamos en uno de los
temas sociales más llamativos, como es el caso de las escorts de lujo y su
legalización, así como el por qué son los hombres casados aquellos quienes más
recurren a sus servicios.
El mercado del sexo ha
sido siempre uno de los más tentadores en la sociedad, así como también de los
más efectivos ya que no en vano podemos ver cómo su éxito ha sido aplastante durante el
pasado, y no ha hecho más que aumentar con el pasar de los años, tratándose de
uno de los servicios más antiguos. Actualmente, goza de una extraordinaria
"salud", dejando atrás pasadas problemáticas como la exclusión social
y otros tantos puntos negativos a los que los servicios de compañía siempre han
estado atados. Esto es debido a la reciente inclusión de los servicios de las
escorts en el cómputo del PIB el pasado año, abriéndose el debate (una vez más)
de cómo habría que legalizar este tipo de actividades, y sobre todo si
realmente deberían pagar estas chicas la tasa del autónomo, así como el resto
de obligaciones tributarias de los mismos o no.
La lucha ya no es en
contra de este sector, sino en pos de legalizarlo y controlarlo lo máximo
posible ya que la realidad en cuanto a números y la economía que maneja es
aplastante, y no por mucho
prohibirlo dejará de ser efectivo y tan solicitado.
Locales nocturnos
dedicados a la actividad de estas mujeres, otras que ofrecen sus servicios con
gran facilidad a través de la red (páginas de contacto como Escorts Factory), posibilidad de chats en directo,
videollamadas, quedadas instantáneas… Te sorprendería la gran cantidad de
hombres casados y con familia que recurren a este tipo de servicios de compañía.
Normalmente, el motivo es claro y extendido: la monotonía de la pareja, o la
pérdida del deseo por el cónyuge tras el pasar de los años.
Llegados a este punto,
¿por qué no separarse? pues bien, quizá sería la solución más lógica, pero
cuando hay hijos, casas con hipoteca y más de por medio muchas son las parejas
que siguen manteniéndose aún y sin la práctica de relaciones en la intimidad,
basando la relación en tan solo la confianza, el cariño y la seguridad que
durante años se ha forjado entre ambos. Para que esto no ocurra y acabe
matando el amor y la pasión que en un pasado existió, lo mejor es que
aprendamos a gestionar nuestra relación de pareja en base a las etapas de
la vida y situaciones por la que esta pase, siendo el nacimiento del primer
hijo un punto de inflexión en la misma.
MANTÉN VIVA LA LLAMA TRAS EL PASAR DE LOS AÑOS
Si bien es cierto que
toda relación se ve bendecida con la llegada de un primer hijo a la misma
(sangre de su sangre, y que comparte los genes de ambos) la realidad es que tras
el nacimiento del mismo la intimidad de cualquier pareja se ve reducida, así
como el tiempo privado del cual disponían para pasarlo juntos y hacer cosas
románticas, divertidas...y por supuesto mantener relaciones sexuales. El sexo
es algo importantísimo para cualquier pareja que se precie, y evidentemente con
esta nueva responsabilidad de criar a un hijo, no solamente por su presencia
sino por los cuidados que necesite, esta práctica se ve reducida enormemente.
Sin embargo, esto no
quiere decir que pasar momentos
íntimos con hijos en casa no se pueda hacer: es una tarea difícil, pero no imposible. Tan solo
deberemos de que los momentos en que el pequeño no se encuentre en casa o
tengas obligaciones (academias, actividades deportivas, colegio, etc.) Con el
tiempo libre de ambos, y poder así disfrutar de un rato de privacidad en el
cual podréis aprovechar para hacer todo tipo de actividades juntos, inclusive
aquello que tanto ansiais: el sexo.
De lo contrario, muy probablemente
la "magia", las mariposas y el amor que tanto os une y que ha dado un
hijo a vuestras vidas acabará por ir agotándose poco a poco, dando situaciones
como las anteriormente mencionadas: la contratación de escorts de lujo,
infidelidades... Lo mejor es siempre hablar las cosas con tu pareja, y
llegar a algún tipo de acuerdo si realmente ambos queréis mantener viva la
llama. Inclusive, el introducir terceras personas como chicas de compañía
puede ser beneficioso para vuestra salud sexual siempre y cuando lo hagáis de
mutuo acuerdo.